El Gobierno nacional impedirá el aumento de precios en los alimentos. Tras prometer firmeza contra la especulación y exigir a los privados bajar las ganancias "grotescas", el Ejecutivo advirtió que elevará sus importaciones para evitar que los productores locales suban el precio de sus productos.
"Ya empezaron los planes. Ya dijo por ahí Cavidea, que ya listo, ellos hicieron los planes y aquí los alimentos van a subir 60%. Vamos a ver si es verdad que lo van a lograr. No vamos a permitirlo", manifestó Hugo Chávez el pasado martes.
El Presidente de la República detalló que dialogó con los gobiernos de Brasil y Argentina para ampliar las compras a esas naciones. "En fin, la burguesía venezolana se va a quedar con los crespos hechos, si es que ellos creen que nos van a hacer como en el sabotaje alimentario aquel".
Tras la devaluación, la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) solicitó a las autoridades una revisión de precios en los productos regulados, ya que el efecto de la depreciación de la moneda en los costos era inevitable.
"En aras de la sostenibilidad de la producción de alimentos en Venezuela, requerimos que el Gobierno nacional revise, con la urgencia del caso, los precios de los productos que se encuentran bajo su control, con el fin de tomar en cuenta la nueva realidad de costos de producción de los alimentos en Venezuela", expresó Cavidea.
El argumento de los fabricantes nacionales chocó con la lógica oficial y ahora podría crecer la presencia de rubros importados en el mercado local.
"Esta situación no es nueva para los empresarios venezolanos. El Gobierno prefiere sentarse con los empresarios de otros países y no con los venezolanos", afirmó Noel Álvarez, presidente de Fedecámaras.
Para el dirigente de la cúpula empresarial, usar las importaciones públicas como un "chantaje" a los empresarios locales es "irracional" y sólo responde a los "prejuicios ideológicos" del Jefe de Estado contra el sector privado local.
"Una devaluación trae aumentos de precios, ¿por qué la esconde? Asuma las consecuencias de la devaluación y converse con los empresarios", apuntó el directivo.
Mercado volátil
La estrategia esgrimida por Chávez ocurre en un entorno donde los precios internacionales de la materia prima para la producción de alimentos continúan en ascenso.
Insumos como trigo, soya, azúcar y leche han registrado alzas significativas recientemente debido a los daños naturales en zonas productivas y al incremento de la demanda en mercados emergentes de América Latina y Asia. El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) anunció que el índice de precios de los alimentos llegó al nivel más alto de su historia. Por ejemplo, al cierre de 2010 la carne roja había aumentado 18% con respecto a 2009, los cereales 39%, los aceites 56% y los azúcares 55%.
Este escenario no sólo dispara los precios de los alimentos, sino que ha obligado a grandes productores como Rusia, Corea del Sur e India a estudiar un posible cierre de sus exportaciones para cumplir con la demanda interna.
La advertencia del mandatario también acentuaría la tendencia de los últimos años de más participación de las importaciones públicas en el global de compras al exterior. En 2009 las compras públicas representaron 24,2% del total, pero en 2010 esa participación ascendió hasta un 33,8%. El mensaje de fin de año del BCV apuntó que por quinto año consecutivo se repitió ese comportamiento en lo que son "cambios graduales en la estructura de las importaciones venezolanas".
La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) instó al Gobierno nacional a definir una tasa de cambio "única" y "competitiva".
"El sector manufacturero nacional reitera que si el país contara con políticas macroeconómicas estables y coordinadas-tal y como obliga la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela-, y una tasa de cambio única y competitiva, tendríamos una economía más sana, con una industria más fuerte y productiva, habría una menor dependencia de las importaciones", expresó el gremio en un comunicado de prensa.
Tras la devaluación, anunciada el 30 de diciembre, el esquema cambiario se basa en la paridad de 4,30 bolívares por dólar y en la de 5,3 que se negocia en el Sitme.
No obstante, el gremio de los industriales advirtió que sin una política económica "coherente" y "concertada" el país seguirá sometido a "medidas aisladas" que sólo ocasionan el encarecimiento de bienes y servicios, como la reciente depreciación de la moneda.
"En lugar de esta política de estímulo a la producción, con una tasa cambiaria única y competitiva (...) nos vemos enfrentados al desmantelamiento sistemático y progresivo de la industria nacional, la continuación de las políticas de tomas de empresas y agresiones a la propiedad privada, que no propiciará las inversiones tan necesarias en el país para incrementar el empleo y combatir el desabastecimiento".
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