miércoles, 5 de enero de 2011

La AN será el epicentro de la política
P.P. Peñaloza
Año nuevo, Asamblea Nacional nueva. Hoy se instala el Parlamento venezolano para el período 2011-2016, hecho que marca el retorno de la oposición al órgano legislativo. Atrás quedaron los días de la AN roja-rojita, que cerró su quinquenio con 191 leyes sancionadas. De ese total, 61 se aprobaron en 2010. Solo en diciembre del año pasado, la aplanadora del Partido Socialista Unido de Venezuela refrendó 26 textos, según informó orgullosa la Secretaría del Poder Legislativo. De acuerdo con los informes oficiales, en todo 2007 el Parlamento terminó 19 instrumentos legales y en 2008 entregó tres menos (16). La baja productividad de esos años tiene una explicación clara: la mayoría oficialista cedió el 31 de enero de 2007 una Ley Habilitante al presidente Hugo Chávez que en la práctica congeló la labor parlamentaria. En contraste, la AN multicolor que rigió entre 2001-2006 y que también estuvo bajo el control chavista, finalizó su andadura con 140 leyes sancionadas, siendo 2003 (12) y 2004 (18) sus peores años en cuanto a la generación de normas. A partir de hoy el Poder Legislativo escribirá un nuevo capítulo en su historia, con 98 protagonistas del PSUV, 65 de la Mesa de la Unidad Democrática y dos de Patria Para Todos. Obstáculos y trampas Sin necesidad de mirar a los astros, el profesor Carlos Romero se atreve a lanzar sus pronósticos para la AN que hoy comienza. "El futuro de la vida parlamentaria está lleno de incertidumbres", vaticina. Romero basa su análisis en los acontecimientos que se han registrado en los últimos días: "los juicios contra los diputados electos, la reforma del Reglamento Interior y de Debates que atenta contra el juego legislativo, todas las leyes aprobadas recientemente y la habilitación dada a Chávez por 18 meses", resume el académico. La modificación del Reglamento Interior y de Debates disminuye tanto el número de sesiones ordinarias como la cantidad y extensión de las intervenciones de los diputados en los debates. Antes la plenaria de la AN tenía que reunirse "sin convocatoria previa" todos los martes y jueves. Ahora el Reglamento establece que "en la medida de las exigencias del servicio, se procurará sesionar en plenarias por lo menos cuatro veces al mes". Además, dependerán del llamado de la presidencia del Parlamento, que decidirá sin consultar dónde y cuándo se congregan. En el pasado, los legisladores podían ejercer dos derechos de palabra de 15 y siete minutos, cuando un proyecto de ley era sometido a primera discusión. Quienes hoy jurarán como parlamentarios solo podrán hablar una vez por 10 minutos durante la primera discusión. Luego, en la segunda discusión podrán intervenir en par de ocasiones más, durante tres y dos minutos. Sus antecesores estaban facultados para opinar por 7 y 5 minutos al momento de considerar las normas "artículo por artículo". Hasta el derecho a réplica lo recortaron: bajó de cinco a tres minutos. Ni siquiera podrán utilizar la tribuna de oradores cuando lo deseen. Para hacerlo, tendrán que contar con la "autorización" de la presidencia, que procederá siempre que el solicitante sea "quien presenta un debate, acuerdo, informe o ley en primera discusión". Además, la AN rojita dejó otra herencia a sus sucesores: la reforma a la Ley de Partidos Políticos, mejor conocida como ley "antitalanquera", que castiga con inhabilitación política al diputado que cambie de grupo de opinión. Esto pese a que el artículo 201 de la Constitución señala que los parlamentarios no están "sujetos a mandatos ni instrucciones, sino solo a su conciencia". Buen espejo "El juego parlamentario será muy difícil, pero eso va a contribuir a una mejor comprensión en el ámbito internacional sobre cómo se está violando la Constitución", espera Romero. El politólogo de la Universidad Central de Venezuela cree que "la bancada de oposición debe hacerse respetar y no dejarse llevar por las provocaciones". ¿La primera bravata oficialista? La postulación de una terna -Fernando Soto Rojas, Aristóbulo Istúriz y Blanca Eeckouht- para la directiva de la AN que encarna "el ala más radical del PSUV", comenta. "El gobierno no se ha dado cuenta de que la mitad del país está representada ahora en la bancada de la oposición", lamenta Romero, quien pese a los nubarrones que asoman en el horizonte aún mantiene algunas esperanzas. "El Parlamento que se instala esta mañana será escenario de grandes debates políticos, cosa que me contenta ya que en los últimos cinco años la AN no fue un centro de opinión", concluyó el experto.

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