domingo, 22 de febrero de 2015

VENEZUELA PRIORIZA LAS ELECCIONES SOBRE LA PROTESTA EN LA CALLE

Alfredo Meza

EL PAÍS

Con la detención y envío a prisión de los dirigentes opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma, el ala que propone desde febrero de 2014 el cese inmediato de la Presidencia de Nicolás Maduro está siendo descabezada. Del grupo de líderes que en aquel entonces lideró la toma de las principales ciudades solo queda en libertad la exdiputada María Corina Machado, cuyo equipo también teme que corra una suerte similar a la de sus compañeros de estrategia en los próximos días. “La Salida”, como se bautizó al plan que pretendía poner fin de manera anticipada a los días de Maduro en el Gobierno de Venezuela, ha sufrido reveses que han mermado la disposición de sus seguidores de medirse al régimen en las calles.
Entre la facción opositora menos dada a convocar manifestaciones –representada por el pleno de la Mesa de la Unidad (MUD), la coalición de partidos políticos opositores- ha crecido la sensación de que no es momento de desviarse de su estrategia: aprovechar el descontento generado entre los venezolanos por la crisis del modelo económico chavista –un capitalismo de estado estalinista, como lo definió Felipe Pérez, un exministro de finanzas de Hugo Chávez- para acumular fuerza electoral e intentar controlar por primera vez en dieciséis años el Poder Legislativo. Las elecciones que renovarán al Parlamento nacional se celebrarán en el segundo semestre del año, y hoy la oposición, de acuerdo con los sondeos de opinión, parece tener la mejor opción para hacerse con la mayoría.
El chavismo controla el Consejo Nacional Electoral y aún podría maniobrar para elaborar una normativa electoral que le permita, como en 2010, obtener más diputados a pesar de sumar menos votos. Podría, por ejemplo, aumentar el número de parlamentarios electos en los municipios de la provincia más remota, donde su apoyo es sólido. Son especulaciones de los analistas que no merman el entusiasmo de la dirigencia opositora por propinarle una derrota histórica por aplastante al oficialismo.
La MUD cerró filas con el alcalde Ledezma sin perder su norte. Un día después de su envío a prisión, el secretario de la alianza, Jesús Torrealba, anunció que el 3 de mayo convocarían a elecciones primarias para escoger candidatos unitarios a las diputaciones. El anuncio no ha caído del todo bien dentro del grupo de “La Salida”, pero las diferencias no se han hecho públicas. Dentro de la oposición parecen tomar consciencia de que es el momento de presumir de cohesión política para avanzar. “Yo creo que son perfectamente compatibles las distintas agendas que tenemos. Que no estemos todos juntos en los mismos actos no significa que no estemos remando hacia el mismo lado”, afirma Roberto Enríquez, presidente del partido socialcristiano Copei. “Lo importante es ganar la Asamblea Nacional para, a partir de ahí, proponer una enmienda de la Constitución que elimine la reelección continua y el recorte del período presidencial que implique una convocatoria a nuevas elecciones presidenciales”, agrega.
El chavismo, entre tanto, está tratando de llevar a la oposición al enfrentamiento en la calle, donde siempre ha ganado. Hasta ahora no ha tenido éxito. Lo que sí ha provocado es la preocupación de la comunidad internacional. A los aislados pronunciamientos del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, de la secretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y de la cancillería de Brasil, se ha sumado lo dicho por la Organización de Estados Americanos, que destacó la alarma que provocó la manera cómo fue detenida una autoridad electa por votación popular, y la palabra de Unasur. Su secretario general, el exmandatario colombiano Ernesto Samper anunció que la próxima semana viajará a Caracas una comisión integrada por los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador para revisar la situación y hablar con el Gobierno venezolano tras la detención del alcalde Ledezma.
Estos países ya participaron en las fracasadas conversaciones entre Ejecutivo y oposición en 2014 sin lograr acercar posturas. Nada indica que esta vez exista una disposición distinta. A la oposición no le interesa darle la mano a un Gobierno que sigue empeñado en reproducir la experiencia comunista del siglo XX y camina por el filo del precipicio. Y el Gobierno ve como un acto de traición a la memoria del fallecido Hugo Chávez cualquier acuerdo con sus contrarios y mucho menos un pacto. Lo dijo la noche del sábado el propio Maduro cuando llamó al canal del Estado, Venezolana de Televisión, para saludar a Mario Silva, conductor del programa “La Hojilla”, en su regreso a la televisión venezolana. “Nosotros rompimos el maleficio de la traición. Estados Unidos y la oligarquía creyeron que yo iba a traicionar las banderas de Chávez. Jamás. Ni en esta vida, ni en las cien vidas que puedan venir”.

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