VENEZUELA PRIORIZA LAS ELECCIONES SOBRE LA PROTESTA EN LA CALLE
Alfredo Meza
EL PAÍS
Alfredo Meza
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Con la detención y envío a prisión de los dirigentes opositores
Leopoldo López y Antonio Ledezma, el ala que propone desde febrero de
2014 el cese inmediato de la Presidencia de Nicolás Maduro está siendo
descabezada. Del grupo de líderes que en aquel entonces lideró la toma
de las principales ciudades solo queda en libertad la exdiputada María Corina Machado,
cuyo equipo también teme que corra una suerte similar a la de sus
compañeros de estrategia en los próximos días. “La Salida”, como se
bautizó al plan que pretendía poner fin de manera anticipada a los días
de Maduro en el Gobierno de Venezuela, ha sufrido reveses que han
mermado la disposición de sus seguidores de medirse al régimen en las
calles.
Entre la facción opositora
menos dada a convocar manifestaciones –representada por el pleno de la
Mesa de la Unidad (MUD), la coalición de partidos políticos opositores-
ha crecido la sensación de que no es momento de desviarse de su
estrategia: aprovechar el descontento generado entre los venezolanos por
la crisis del modelo económico chavista –un capitalismo de estado
estalinista, como lo definió Felipe Pérez, un exministro de finanzas de
Hugo Chávez- para acumular fuerza electoral e intentar controlar por
primera vez en dieciséis años el Poder Legislativo. Las elecciones que
renovarán al Parlamento nacional se celebrarán en el segundo semestre
del año, y hoy la oposición, de acuerdo con los sondeos de opinión,
parece tener la mejor opción para hacerse con la mayoría.
El chavismo controla el Consejo Nacional Electoral y aún podría
maniobrar para elaborar una normativa electoral que le permita, como en
2010, obtener más diputados a pesar de sumar menos votos. Podría, por
ejemplo, aumentar el número de parlamentarios electos en los municipios
de la provincia más remota, donde su apoyo es sólido. Son especulaciones
de los analistas que no merman el entusiasmo de la dirigencia opositora por propinarle una derrota histórica por aplastante al oficialismo.
La MUD cerró filas con el alcalde Ledezma
sin perder su norte. Un día después de su envío a prisión, el
secretario de la alianza, Jesús Torrealba, anunció que el 3 de mayo
convocarían a elecciones primarias para escoger candidatos unitarios a
las diputaciones. El anuncio no ha caído del todo bien dentro del grupo
de “La Salida”, pero las diferencias no se han hecho públicas. Dentro de
la oposición parecen tomar consciencia de que es el momento de presumir
de cohesión política para avanzar. “Yo creo que son perfectamente
compatibles las distintas agendas que tenemos. Que no estemos todos
juntos en los mismos actos no significa que no estemos remando hacia el
mismo lado”, afirma Roberto Enríquez, presidente del partido
socialcristiano Copei. “Lo importante es ganar la Asamblea Nacional
para, a partir de ahí, proponer una enmienda de la Constitución que
elimine la reelección continua y el recorte del período presidencial que
implique una convocatoria a nuevas elecciones presidenciales”, agrega.
El chavismo, entre tanto, está tratando de llevar a la oposición al
enfrentamiento en la calle, donde siempre ha ganado. Hasta ahora no ha
tenido éxito. Lo que sí ha provocado es la preocupación de la comunidad internacional. A los aislados pronunciamientos del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos,
de la secretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental,
Roberta Jacobson, y de la cancillería de Brasil, se ha sumado lo dicho
por la Organización de Estados Americanos, que destacó la alarma que
provocó la manera cómo fue detenida una autoridad electa por votación
popular, y la palabra de Unasur. Su secretario general, el exmandatario
colombiano Ernesto Samper anunció que la próxima semana viajará a
Caracas una comisión integrada por los cancilleres de Brasil, Colombia y
Ecuador para revisar la situación y hablar con el Gobierno venezolano
tras la detención del alcalde Ledezma.
Estos países ya participaron en las fracasadas conversaciones entre
Ejecutivo y oposición en 2014 sin lograr acercar posturas. Nada indica
que esta vez exista una disposición distinta. A la oposición no le
interesa darle la mano a un Gobierno que sigue empeñado en reproducir la
experiencia comunista del siglo XX y camina por el filo del precipicio.
Y el Gobierno ve como un acto de traición a la memoria del fallecido
Hugo Chávez cualquier acuerdo con sus contrarios
y mucho menos un pacto. Lo dijo la noche del sábado el propio Maduro
cuando llamó al canal del Estado, Venezolana de Televisión, para saludar
a Mario Silva, conductor del programa “La Hojilla”, en su regreso a la
televisión venezolana. “Nosotros rompimos el maleficio de la traición.
Estados Unidos y la oligarquía creyeron que yo iba a traicionar las
banderas de Chávez. Jamás. Ni en esta vida, ni en las cien vidas que
puedan venir”.
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