JULIO BORGES
EL PAÍS
Ante la enorme crisis económica y social que vive Venezuela, producto
del fracasado modelo económico impuesto al país durante los últimos 16
años, el Gobierno ha decidido radicalizarse y atacar de forma violenta a todos quienes piensan distinto
y plantean la necesidad de cambio. Es así como han retomado un libreto
de un presunto Golpe de Estado y magnicidio con argumentos políticos,
acusando a quienes siempre hemos demostrado nuestro apego a la
democracia y al poder del voto como herramienta de cambio.
Detrás del libreto reciclado del Gobierno están las encuestas
políticas que lo muestran con una aprobación de solo alrededor del 20%.
Las mismas muestran que la gran mayoría de los venezolanos culpan al
Gobierno de la dramática escasez de productos básicos y las largas colas para conseguir lo poco que hay, de la inflación que el año pasado alcanzo el 70% y de la inseguridad que impone el miedo en nuestros ciudadanos a salir de sus casas. Es por esto que el Gobierno busca desviar la atención de tales problemas, tomando acciones desesperadas como la detención ilegal y violenta del Alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y las absurdas acusaciones en mi contra de formar parte de una conspiración golpista.
Hace ya 16 años, junto con unos compañeros preocupados por el rumbo
que tomaba Venezuela, funde el partido Primero Justicia (PJ), el cual
nació de una ONG del mismo nombre que ofrecía servicios legales a los
venezolanos más pobres. Nuestro partido nació precisamente como
respuesta a la debacle política que dio pie a la aparición de Hugo Chávez
en los noventa y su posterior llegada al poder con una promesa de una
supuesta revolución que finalmente no resultó en nada. Toda Venezuela y
el mundo democrático conocen la trayectoria del PJ, el cual en poco más
de 15 años se ha convertido en el principal partido de oposición en
Venezuela.
En medio del caos económico que vive el país, el liderazgo y la militancia del PJ,
junto con la gran mayoría de las fuerzas democráticas en Venezuela,
hemos ido señalando que precisamente en este año 2015 tenemos una
oportunidad clave para lograr ese cambio que tanto anhelamos y merecemos
todos los venezolanos. En pocos meses tendremos las Elecciones
Parlamentarias que definirán un nuevo balance en el Poder en Venezuela.
Sólo dándole la palabra al pueblo a través del voto, podemos construir
el espacio para la unión de Venezuela, la protección de los derechos
humanos y el cambio del modelo económico.
Cuando logremos una mayoría contundente en la nueva Asamblea Nacional
los venezolanos podremos contener a un Gobierno que pretende seguir
haciendo lo que le da la gana. La nueva Asamblea podrá renovar los
Poderes Públicos que actualmente están secuestrados por el Gobierno y
permitir la contraloría esencial en toda democracia. Podrá aprobar de
inmediato las leyes necesarias para enfrentar como corresponde la
inseguridad ciudadana y la crisis económica. La nueva Asamblea podrá
impulsar los cambios legales y constitucionales que permitan concretar
el cambio definitivo de un Gobierno que les ha dado la espalda a los
venezolanos.
Por eso estamos convencidos de que a pesar de todos los ataques que
el Gobierno lanza contra nosotros y los obstáculos que nos imponen,
todos unidos vamos a derrotar democráticamente a un sistema que se ha
vaciado de democracia. Un modelo que se burla de un pueblo que merece y
exige vivir mejor.
Estamos convencidos, más ahora que nunca, que el cambio por la vía
electoral nunca ha estado más cerca. El total caos económico, político y
social generado por el Gobierno ha llevado a que un 80% de los
venezolanos estemos convencidos de la necesidad de un cambio radical de
un modelo fracasado que ha duplicado la pobreza en nuestro país en
apenas dos años. En la actualidad, la mitad de los venezolanos sufren en
pobreza y a una cuarta parte ni siquiera les alcanza para comer
completo al ubicarse en pobreza extrema. Esto se produce luego de la
mayor bonanza petrolera de nuestra historia, con ingresos que han
superado el billón de dólares sólo por la venta de petróleo.
Ante esta situación, lo sensato sería que el Gobierno convocase al
país entero, para construir un entendimiento nacional, una tregua para
salir de la crisis, un plan para reparar a una Venezuela fracturada. Eso
es lo que dicta la razón y el amor a Venezuela. Sin embargo, la
respuesta ha sido la contraria: insistir en el modelo fracasado, y
utilizar la justicia para perseguir e inyectar sobredosis de miedo para
tratar así de paralizar a Venezuela.
La buena noticia es que Venezuela ya tomo una decisión: quiere un
cambio para tener más unión, progreso y una democracia gobernante, no
una democracia gobernada. Por ello insistimos en la ruta que hemos
marcado y justamente a la que el gobierno teme. Insistimos en que el
voto, con todo y el ventajismo del Estado, será una llave para abrir una
puerta al futuro.
Julio Borges es el Coordinador Nacional del partido Primero Justicia y diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela.
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