LUIS MANUEL ESCULPI
Quieren aparentar fortaleza para disimular su debilidad. Hay
significativos rasgos de desesperación en sus acciones. Sus movimientos
son torpes. Su comitiva se reduce. Los desaciertos trascienden nuestro
ámbito. Una pequeña muestra fue la reunión con las empresas españolas.
Piensan que pueden presionar y chantajear como hacen aquí con medios de
comunicación y empresarios. Sus aliados internacionales ahora sí
perciben su naturaleza. Por aferrarse al poder les exaspera la
posibilidad de una derrota. Sienten que se están “jugando a Rosa Linda”.
No, no son precisamente trapos rojos, mas bien son trapos sucios. No
aciertan quienes valoran cada uno de sus actos como “potes de humo”. No
todo sus actos son para ocultar situaciones, en muchos casos obedecen a
cálculos de una estrategia perfectamente diseñada. Aunque muchas
acciones no sean cristalinas, optan por la opacidad en vez de la
transparencia, se mueven en aguas turbias y tumultuosas. La guerra sucia
es un arma privilegiada de su arsenal. Están dispuestos a todo a fin de
conservar su dominio y privilegios. No han ordenado al CNE establecer
la fecha de las elecciones por no tener certeza de cual podría serle más
conveniente. Incluso no descartan la suspensión de los comicios, la
escalada represiva actual puede serle útil, llegado el momento para
decretar Estado de Excepción y así justificar “legalmente” tal
despropósito.
La política no es la ciencia de la certidumbre, en cualquier momento
surgen imprevistos. Muchas veces la realidad no se acopla a nuestros
deseos. No se resuelve nada con pretender evadirla. Lo cierto es que
este año debe haber elecciones donde estará en juego el poder. Sería tan
erróneo dedicarnos exclusivamente a esa coyuntura, como el pretender
ignorarla. Hay que actuar en los distintos escenarios y muchas veces
simultáneamente. También esa es una exigencia característica de la lucha
social y política.
Las fuerzas democráticas, al enfrentar la escalada represiva
expresada en la prisión de Ledezma y el resto de planes del gobierno,
tienen que actuar con mucha firmeza, también con mucha serenidad. La
desesperación no es buena consejera y peor acompañante, en el pasado
hemos tenido tristes experiencias, incluso hace ya más de una década al
transformar una victoria en una derrota humillante. La diversidad y el
debate en el campo democrático no son cónsonas con la descalificación,
la agresión y el insulto. Hoy más que nunca es necesario estar unidos
para enfrentar la nueva escalada represiva. Hay que evitar la polémica
innecesaria y estéril en nuestro propio territorio. Quienes pretendan
persistir en algunas conductas anti unitarias le hacen un flaco servicio
a la causa democrática.
PD: Esta es mi última columna en Tal Cual, diario que como proyecto
marcó pauta y como experiencia seguramente será retomada en mejor hora.
Por lo pronto es propicio recordar con Ibsen: “Sólo lo que se pierde es
adquirido para siempre”. Esperamos que Tal Cual en su formato semanal
cumpla con el sueño de su fundador, como expresión del periodismo libre y
a la vez comprometido. Mi gratitud a Teodoro, Fernando, Xavier y Gloria
por posibilitar durante un par de años esta claraboya semanal.
Luis Manuel Esculpi
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