OSCURO MONEDERO
Editorial El Pais
Editorial El Pais
El empeño de Juan Carlos Monedero por mantener en la oscuridad sus
cobros de la Alianza Bolivariana empieza a rayar en la falta de
competencia política. El número tres de Podemos se escuda en la
lealtad debida al banco de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de
Nuestra América (Alba) para eludir la explicación de cuáles fueron los
trabajos por los que cobró 425.000 euros a través de una empresa creada
pocos días antes de recibir el dinero. Anteponer la confidencialidad
supuestamente exigida por la entidad latinoamericana a la transparencia
debida a los ciudadanos es insólito en quien se envuelve en la bandera
de la ética para pedirles su confianza.
Monedero ha mostrado una factura emitida a título de honorarios por
“un estudio comparativo de los ámbitos financieros de los países del
Alba” y análisis de “las bases de armonización jurídico-financiera,
implementación y asesoría puntual sobre el proyecto”; conceptos
sorprendentes para justificar el cobro por parte de quien no consta como
experto en finanzas, pero tampoco en derecho. Ni presenta los trabajos
correspondientes ni el contrato que dio origen a los mismos. Sostener
verbalmente que se trató de un informe “muy voluminoso” es algo que solo
puede creerse por fe, dado que no lo respalda con documentación alguna.
Nos remite así a la actitud exigible a los fieles de una comunidad
religiosa, antes que a ciudadanos conscientes de sus derechos en
democracia.
Otra cosa distinta es que denuncie ante la fiscalía al ministro de
Hacienda, Cristóbal Montoro, por presunta filtración de datos
tributarios que le afectan. Esa denuncia merece ser investigada, puesto
que pone en entredicho la credibilidad del Gobierno y de la Agencia
Tributaria, cuyo responsable político es el ministro.
Monedero se embolsó 425.000 euros a través de una empresa interpuesta
y eludió la gestión y el cobro en su universidad; pagó menos impuestos
de los que le correspondían, y presentó después una declaración
complementaria. Ante estos hechos, es erróneo enviar el conocido mensaje
de circulen, aquí no hay nada que ver; pretender
autodescartarse de toda sospecha sobre sí mismo y atribuir las dudas a
una “caza de brujas” desatada por lo que él llama “el régimen del 78”.
Mucha grandilocuencia para tan poca explicación por parte del dirigente
de un partido erigido en azote moral de los demás. Más que en un activo
electoral, Monedero se está convirtiendo en una rémora para Podemos.
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