miércoles, 13 de junio de 2018

Colombia: elecciones entre el miedo al pasado y el miedo al futuro
DW
¿Un candidato de derecha versus uno de izquierda? “Eso se llama democracia”, apunta en entrevista con DW Hubert Gehring, director de la Fundación Konrad Adenauer en Colombia. En Colombia es la primera vez que dos candidatos realmente antagónicos se disputan la presidencia. Iván Duque, del derechista Centro Democrático y Gustavo Petro, de la izquierdista Colombia Humana. A esto se suma que Petro militó en los 80 en la guerrilla urbana M-19.
Tras la primera ronda del 27 de mayo, ambos candidatos han tenido que suavizar, empero, su discurso para cautivar a unos 7 millones de votantes de centro y centro-izquierda. “Los colombianos no quieren los extremos y buscan más bien un presidente que una al país”, destaca Gehring. 
Cambian miedo por votos
“La diferencia entre los candidatos y sus programas de campaña es, en efecto, una ganancia para la democracia colombiana”, agrega, por su parte, la politóloga colombiana Viviana García Pinzón, del Instituto de Investigaciones sobre América Latina (GIGA), en Hamburgo. Y recuerda que “en décadas pasadas varios candidatos de izquierda fueron asesinados”.  García Pinzón destaca además, que “por primera vez desde hace más de medio siglo, no son las FARC el tema en una campaña a la presidencia”. En efecto, las FARC como guerrilla desaparecieron, entregaron sus armas, gracias al Acuerdo de Paz, y fueron estruendosamente derrotadas por los electores en las urnas el 11 de marzo, cuando recibieron solo 0,5% de los votos, no ganando un solo escaño en el Parlamento por esfuerzo propio. 
Pero Duque y Petro han polarizado, casi por igual, marcando el común denominador de esta campaña electoral: el miedo. El miedo a lo que el contendor pueda hacer de Colombia. A pesar de que las FARC desaparecieron, la derecha y ultraderecha, representada por Iván Duque, se han obstinado en mantener vivo el fantasma de esa guerrilla. Según la propaganda del bloque en torno a Duque, “Petro busca hacer de Colombia una segunda Venezuela”. Por su parte, las huestes de Petro aducen que Duque es un supuesto "títere de Uribe", como describe Héctor Riveros, en el portal de análisis La Silla Vacía en "Esconder a Uribe". 
Certezas e incertidumbres
Además del miedo, esta campaña se ha movido entre certezas e incertidumbres, unas reales, otras virtuales. Algo que toca a ambos candidatos. Una de las certezas, por ejemplo, es la falta de experiencia de Iván Duque, quien no ha desempeñado ningún cargo administrativo por votación.  De Petro, quien fue alcalde de Bogotá (2012-2015), se dice que llevó una administración “caótica”, como le endilgó el exprocurador  Alejandro Ordóñez.
“Al tecnócrata Duque no hay nada que evaluarle, aparte de un cargo en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, recuerda la politóloga García Pinzón, con máster en la Universidad de Chile. Pero el mayor temor a una eventual presidencia de Duque es el regreso del uribismo, ligado al paramilitarismo, financiado por el narcotráfico, según la politóloga. "Uribe, su mentor, se hizo reelegir truculentamente, por lo que varios de sus ayudantes fueron condenados y pagaron cárcel”, señala la experta. Las cortes, periodistas y opositores fueron “espiados”, añade, bajo los gobiernos de Álvaro Uribe, hechos por los que tuvo que disolverse la agencia de espionaje que era el DAS. 
Estado de derecho
El hecho es que si gana Iván Duque, sus fuerzas concentrarían casi el poder absoluto: “Este es un gran peligro para la institucionalidad de Colombia”, advierte García Pinzón: “Duque tendría el Poder Ejecutivo y las mayorías del Congreso en una persona. Además ha propuesto abolir diferentes cortes para crear una, posiblemente a su medida”. 
Si ganara Petro, “la equiparación de fuerzas sería más factible”, concluye esta analista de la Universidad Nacional de Colombia. La politóloga se refiere a que Petro no contaría con las mayorías en el Parlamento y tendría que llegar a consensos.

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