LA ENFERMEDAD, EL REMEDIO Y LA RUTA
LUIS UGALDE SJ
La situación es tan grave y la crisis se acelera tanto cada día que ya no
se puede hablar con eufemismos y en susurros para que el enfermo no se alarme. Es
necesario que civiles y militares hablemos y discutamos abiertamente sobre la
necesaria y rápida intervención quirúrgica si no queremos que el enfermo se
muera; es decir, que nos quedemos sin país.
Proponer abiertamente las vías de solución no es delito, pero sí lo es
ocultar con cinismo, disimular con el silencio y agravar con la inacción. La GRAN UNIDAD NACIONAL está constituida y crece con todos los que
defienden que Maduro está deslegitimado
por su desempeño (violación sistemática del art. 2 de la Constitución) y por la
fraudulenta votación del 20M, que la dramática realidad humana económico-social
no debe prolongarse y que es imprescindible el pronto restablecimiento de la Constitución
democrática y elecciones libres. Esta
es la unidad que el país reclama para salvar la vida del enfermo. Ante la dura
realidad que nos oprime, hay que buscar la cirugía mayor para evitar la muerte y definir la ruta de salida y reconstrucción.
La realidad sin eufemismos
1-Maduro el 20 de mayo no fue elegido democráticamente, sino que impuso dictatorialmente
una votación para continuar hasta el
2025.
2-La actual realidad de muerte (con votaciones o sin ellas) es causada
por la insensata política impuesta por el Gobierno que ha fracasado en todas
las áreas. Frente a la tiranía, todos, civiles y militares, estamos obligados (art.
333) a actuar para restablecer la Constitución y los derechos humanos.
3- Esta tragedia humana tiene que ser el factor decisivo y más urgente
para la unidad. Sería terrible que los demócratas no entendieran ni supieran comunicar
que la respuesta es para hoy y no para empezarla a pensar dentro de 8 meses,
luego de realizar procesos electorales que están bloqueados por la dictadura.
La ruta más
razonable y democrática hacia la que todos unidos debemos empujar nacional
e internacionalmente es:
A- Renuncia de Maduro y su gobierno,
con salida negociada.
B- Gobierno de transición presidido
por el Presidente de la legítima AN.
C- Junta de Gobierno civil con participación militar para de inmediato tomar las medidas de ayuda humanitaria,
frenar la hiperinflación y establecer las condiciones y garantías jurídicas para
la reactivación económica y la inversión. En la Junta debe haber una representación empresarial-trabajadora capaz de elaborar una propuesta
económica-social productiva y generadora de trabajo e ingresos dignos, consciente
de que si no trae solución para los pobres no la habrá para nadie.
D- Restablecimiento de la
legalidad constitucional con separación de poderes, liberación de presos
políticos, exiliados y perseguidos.
Habilitación de políticos y partidos arbitrariamente inhabilitados. Restauración
de la plena libertad de expresión y de comunicación.
E- Eliminación de la dictatorial Asamblea Nacional Constituyente
y nombramiento del nuevo CNE.
F- Preparación de las condiciones indispensables
para la elección presidencial libre, democrática y transparente; que
seguramente solo será posible dentro de nueve meses o más.
Renuncia y transición. Todo este proceso empieza con la renuncia
de Maduro (porque su régimen desde hace tiempo es tiránico y su reelección fraudulenta),
con mucha urgencia y al menor costo político. El nuevo gobierno de transición
necesita el mayor apoyo y unidad nacional e internacional; en primer lugar de
la inmensa mayoría de los 30 millones que se animará, movilizará y organizará,
si ve que por fin el cambio va en serio.
La transición requiere negociación, tanto para la salida de este
gobierno como para la respuesta a la emergencia económico-social y la
movilización para la reconstrucción.
Necesitamos nacer de nuevo, ciertamente
los partidos pero también los empresarios, trabajadores, líderes espirituales,
universidades, academias, gremios,
vecinos, variadas organizaciones sociales…
El Frente Amplio Venezuela Libre es necesario como espacio de
encuentro amplio, decidido, apasionado, con sentido de organización y urgencia
para salvar la vida de este enfermo grave que es Venezuela; esa conciencia
superará las diferencias y los graves errores y limitaciones políticas del
pasado y del presente con una decidida voluntad ética capaz de vencer el
cinismo y de dotar a la política de trascendencia para la reconstrucción moral
del país.
Actores para la ruta. De los actores necesarios para este cambio, dos ya
están:
1) El clamor creciente de millones de venezolanos, de familias, de
instituciones y de empresas que agonizan. Ahora hace falta movilización y
organización con visión política unitaria.
2) La claridad de las instituciones y gobiernos democráticos
internacionales sobre la dictadura venezolana,
tragedia humanitaria y democratización.
Pero los otros dos factores están todavía rezagados:
1) La unidad del liderazgo nacional lista para actuar y liberar al país
de esta tragedia socioeconómica y dictadura política.
2) La Fuerza Armada decidida a
restablecer y defender la Constitución y los derechos humanos violados. La
prisión política de cerca de 200 militares, sin respeto a sus derechos humanos,
revela que a la tiranía le queda la represión como último recurso y que la FA
quiere cambio.
Seguramente otros tienen propuestas y rutas mejores, pero no existen
mientras no se presenten públicamente. Sirva esta de provocación para la discusión
y acción.
Caracas, 13
de junio de 2018.
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