sábado, 9 de junio de 2018

Embargo de ConocoPhillip empuja a PDVSA al borde del colapso

 ANTONIO MARÍA DELGADO

EL NUEVO HERALD

El chorro de petrodólares que por años alimentó al régimen de Nicolás Maduro está quedando reducido a solo un goteo, en momentos en que los engranajes de la estatal Petróleos de Venezuela comienzan a trancarse bajo el peso de problemas operativos, falta de financiamiento, y el riesgo de que sus activos sean embargados.
Expertos advierten que PDVSA está en el umbral de la paralización pese a que el país cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo. La empresa notificó a sus clientes internacionales que podría verse obligada a incumplir con sus compromisos de suministro de este mes, penosa situación que podría conducir a la pérdida definitiva de sus cuotas de mercados.
“La espiral de caída de la industria va mucho más rápido de lo que se esperaba”, advirtió el jueves Bank of America Merrill Lynch, en un informe a sus clientes.
“El riesgo de perder permanentemente la participación de mercado es aparente cuando las refinerías independientes en China que usan el crudo pesado venezolano ya están buscando fuentes de remplazo para cubrir la brecha”, agregó el informe.
PDVSA, que por años ha padecido el deterioro sostenido de sus operaciones, ha visto sus niveles de producción caer desde los 3.2 millones de barriles diarios que registraba en 1999, cuando el fallecido presidente Hugo Chávez llegó al poder, a los 1.4 millones que registró el mes pasado.
Y la tendencia —propiciada por problemas de mantenimiento, una voraz corrupción, el colapso de la economía y ahora problemas legales con transnacionales petroleras— no está dando señales de detenerse.
“La producción de crudo en Venezuela está cayendo prácticamente a un ritmo de 10 por ciento cada trimestre desde mediados del 2017. Un escenario en el que el país pierda al menos otros 500,000 barriles diarios para finales del año no es ilusorio”, advirtió recientemente en un informe Adrián Lara, analista de petróleo y gas de la firma GlobalData.
Pero incluso el crudo que logra producir no está siendo enviado a sus clientes.
Según un cable de la agencia Reuters, más de 80 buques tanqueros esperaban en aguas venezolanas para ser cargados, debido a un cuello de botella que impedía la salida de unos 24 millones de barriles como resultado del embargo de ConocoPhillips que terminó cerrando el acceso de PDVSA a importantes centros de almacenamiento en el Caribe que estaban siendo utilizados para despachar el crudo.
La empresa se ha visto forzada a utilizar sus más limitadas instalaciones en José (en el oriental estado Anzoátegui) y en el Centro de Refinación Paraguaná (en el occidental estado de Falcón).
Los barriles de crudo, que representan más de dos semanas de producción, habían comenzado a ser almacenados por temor a que fuesen embargados en aguas no venezolanas, luego que los activos de la empresa en el Caribe fuesen embargados por ConocoPhillips en medio de esfuerzos legales de la petrolera estadounidense por obtener compensación por activos expropiados años atrás por Chávez.
“Cada día que pasa, con esos buques allí fondeados, esos son miles de dólares que hay que pagar”, dijo desde Miami Juan Fernández, ex director ejecutivo de planificación de PDVSA.
Pero lo peor es que de no conseguirse una rápida solución el cuello de botella, este puede conducir a la gradual paralización de operaciones.
“Todos coinciden que de continuar, esto va a terminar provocando un cierre de la producción, mucho más importante, porque ya no tienen lugar donde almacenar. No pueden dejar que ese crudo se derrame, y lo que corresponde es buscar algún tipo de arreglo para frenar el riesgo de los embargos aún cuando nadie tiene claro de cómo eso se podía alcanzar”, agregó Horacio Medina, ex gerente de PDVSA.
La Casa Blanca desde hace algunos meses ha estado evaluando la posibilidad de aplicar sanciones petroleras para forzar al régimen de Maduro a abandonar sus esfuerzos por desmontar la democracia venezolana.
La renta petrolera por años ha sido uno de los principales pilares de sostenimiento del régimen, garantizándole suficientes ingresos para mantener aceitada su maquinaria de represión.
Pero los ingresos petroleros han comenzado a mermar por su propia cuenta, acentuando aún más los dolores de cabeza de un régimen que ya es condenado por la comunidad internacional, carece de respaldo popular y enfrenta la mayor crisis económica en la historia moderna de la nación.
Una disminución mayor en los niveles de exportación de crudo podría propinar un severo golpe a las arcas del régimen en vista a que gran parte de su producción es enviada a China para repagar las masivas deudas contraídas por el régimen.
Fernández y Medina dijeron que de los actuales niveles de producción, Venezuela solo podría estar recibiendo pagos en efectivos por el equivalente a unos 700,000 barriles diarios, siendo el resto utilizado para cubrir los préstamos chinos, el consumo interno del país, y el crudo enviado para subsidiar la economía cubana.
“Lo que van a poder vender por dinero en efectivo es cada vez menos si los niveles de producción siguen cayendo como lo han estado haciendo. Y esa caída sería violenta si no logran resolver el problema de almacenamiento”, dijo Medina.

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