La división es el caos
Simon García
Días lamentables para la oposición. Uno de sus grandes objetivos,
llevar las contradicciones en el bloque de poder a una fractura, no se
produjo. Consumada la imposibilidad de seleccionar un candidato único,
la oposición se fragmentó entre abstencionistas y participacionistas. La
candidatura de Falcón se castigó con dureza, a veces fanática; en vez
de mantener abierta la oportunidad de que se desarrollara como un
referendo contra Maduro.
Si alguien considera que la situación es para cantar victoria valga
la admisión del hecho de que el 54% de la población optó por la
abstención. Pero si la alegría no proviene de malas broncas contra
aliados, debería notarse que el dinosaurio sigue allí. El enfrentamiento
a su jugada para perpetuase en el poder por seis años más, resultó,
votando o absteniéndose, testimonial.
¿Importa ahora que los números indiquen que la tesis de la votación
masiva era más eficaz para derrotar al poder?, ¿Tiene sentido señalar
que la legitimidad que se invocó para no votar, se conceda ahora con
apretones de mano? Se puede aún considerar los probables resultados de
una abstención masiva, aunque la experiencia internacional y la nuestra
reflejen que terminan en la nada, en la frustración o espesando el caldo
antipolítico. Votar sigue siendo la forma probada de ejercer y defender
la democracia.
Una lección queda clara: la división de la oposición concurre al fortalecimiento del régimen. Sin concertar inteligentemente las divergencias que no puedan superarse habrá menos contundencia y menor eficacia opositora. Estas debilidades se potencian cuando no se atiende la desvinculación entre la política y lo social, entre la crisis y las prioridades de los partidos.
Una lección queda clara: la división de la oposición concurre al fortalecimiento del régimen. Sin concertar inteligentemente las divergencias que no puedan superarse habrá menos contundencia y menor eficacia opositora. Estas debilidades se potencian cuando no se atiende la desvinculación entre la política y lo social, entre la crisis y las prioridades de los partidos.
Deberíamos esclarecer, juntos o por separado, si efectivamente las
campanas doblaron por el país, es decir por toda una oposición que
desaprovechó la gran oportunidad de montar una celada de masas al poder
en su propio territorio. Es deseable aclarar si los partidos están
pasando a ser agentes para propagar la inutilidad del voto y adscribirse
a una cultura que coloca a fuerzas determinantes de la oposición al
borde de abandonar el carácter electoral de la estrategia que había sido
común.
La democracia, como muchas otras actividades humanas, se aprende
cuando la gente participa en su hechura. En esta ocasión existía una
premura que llamaba a la proclamada y poco practicada “unidad superior”:
salvar a Venezuela de la perpetuación de un gobernante autoritario.
Cuesta creer que el error del 2005 ya no se aprecie como tal en el 2018.
El problema de sobrevivencia común sigue siendo cómo sacar a
Venezuela de la crisis. Ganó la abstención. Sus promotores no deberían
ceder a la pretensión de representarla sin saber de que está hecha. En
los resultados no hay nada que autorice a tocar el cuerno ante victorias
realmente inexistentes.
Se ha abierto un compás para discutir y aprobar las bases de una
estrategia antiautoritaria eficaz. He constatado, en quienes sostuvieron
la candidatura de Falcón que existe la inclinación a reformular una
ruta y un plan común, sin retornar a la antigua MUD, a una visión de la
Unidad que se base en purgas y exclusiones o a consentir la
fragmentación.
El diputado Calzadilla dividió las aguas, con incontrolada franqueza.
Presenta a la unidad como imperio del pensamiento único en la oposición
y la extirpación del derecho a las disidencias. Es difícil que un
demócrata pase por el ojo de esa aguja.Una perspectiva diferente fue levantada por Víctor Márquez, Presidente de la APUCV, en el acto Renace la esperanza realizado en el Aula Magna. Esbozó criterios que podrían ser útiles para fabricar un entendimiento de las tres oposiciones. En la unidad de los diversos, hay espacio para que distintos actores actúen en varios tableros, pero avanzando hacia un mismo norte.
@simongar
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