VENECONOMÍA
Este martes 10 de febrero, el binomio formado por Rodolfo Marco Torres (ministro de Finanzas) y Nelson Merentes (presidente del Banco Central) develó cuáles van a ser “por ahora” los “nuevos” tipos de cambio, luego de mantener irresponsablemente al país y al esquelético sector productivo venezolano en ascuas a la espera de que el gobierno deshojara la margarita cambiaria.
Lo informado por el dúo económico se resume en que en Venezuela, y hasta que vuelvan a inventar barajar una vez más las reglas de juego cambiario, regirán tres tipos de cambio:
- Una tasa preferencial de Bs.6,30:$ para las importaciones prioritarias y esenciales para alimentación y salud. A este mercado se le asignará el 70% de las divisas disponibles. Cabe la pregunta: si no se pudo satisfacer esa demanda cuando el precio del barril de petróleo estaba en $98, ¿cómo la van a cubrir con el barril a menos de $60?
- Un SICAD “nuevo” que es igualito al SICAD I, a una tasa inicial de Bs.12:$ (tasa de la última subasta del SICAD I). Al fijar esta tasa baja, el Ejecutivo Nacional perdió una oportunidad de oro para llevar este tipo de cambio a Bs.25:$ o Bs.35:$, un nivel más razonable y sostenible.
- Un Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que según explicaron será “abierto y libre”, donde podrán participar personas naturales y jurídicas. En él, afirman, los oferentes no tendrán límite; estos son los que fijarán el precio; los bancos no ponen límite a los oferentes y todos deberán cumplir con lo establecido en el sistema cambiario número 20, que exige la apertura de una cuenta en dólares en bancos nacionales. El Simadi tendrá 3.792 puntos de atención en todo el país a través de la banca pública y privada y de operadores cambiarios autorizados. Hoy debería estar circulando la Gaceta Oficial con el convenio cambiario que normará este mercado, y donde se encontrarán más luces para entenderlo mejor.
VenEconomía duda que el Simadi termine siendo un mercado libre de divisas, por lo cual el “nuevo” sistema terminará siendo el mismo que el anterior con simples cambios de nombre: el mismo musiú con otro cachimbo.
Dos aspectos le parecen positivos a VenEconomía: 1) Si las compras se realizan en el mercado Simadi, el costo de estas se podrá reflejar en los costos para propósito de los impuestos y la ley de precios justos. 2) Si PDVSA puede ahora vender en ese mercado “libre” los dólares producto de operaciones financieras y otras no relacionadas con las exportaciones (tales como el producto de la ventas de la deuda Petrocaribe de la República Dominicana y el dividendo que ahora va a recibir de Citgo) se generarían bolívares para gastos locales de PDVSA, por lo cual la estatal petrolera no tendrá que acudir al BCV (al cual le debe la bicoca de Bs.677 millardos).
Concluyendo: 1) Por más que lo disimule, a leguas se ve que lo que persigue el Ejecutivo Nacional con este barajeo de las cartas cambiarias es tener los beneficios de una devaluación (más renta para el gobierno) sin afectar los costos de la comida y las medicinas. 2) Una vez más, el gobierno bolivariano desechó una oportunidad para adoptar medidas cruciales para la recuperación de la economía. 3) Con solo recurrir a la devaluación no se resuelve absolutamente nada, pues lo que el país requiere con urgencia es liberar la economía, quitando los controles de precio; respetar los derechos de propiedad privada y libre emprendimiento; restablecer el Estado de Derecho y la democracia y, coordinadamente, formular una estrategia para activar la productividad y el crecimiento de Venezuela.
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