Conferry: las consecuencias de la política expropiatoria del “Socialismo del Siglo XXI”
Anabella Abadi M. y Carlos García Soto
PRODAVINCI
Como ha relatado aquí en Prodavinci
Francisco Suniaga, Conferry fue uno de los tres emprendimientos de
margariteños para comunicar a la isla con el resto del país. Los
margariteños veían en Conferry un motivo de orgullo, y el resto de los
venezolanos un medio para acercarnos a la isla. El hundimiento del
penúltimo barco de Conferry que quedaba operativo ha sido puesto en
contexto por Willy McKey, también en Prodavinci, como una muestra, en pequeño, de la crisis generalizada en el país.
¿Cuándo pasó Conferry a ser una empresa administrada por el Estado?
El 26 de septiembre de 2011, a través de un contacto telefónico con VTV, el presidente Hugo Chávez informó:
“¡Ya basta!, eso es un desastre, vamos a nacionalizar eso, vamos a
poner operativos todos esos buques, la seguridad de nuestro pueblo, de
nuestra gente que viaja para Margarita, el turismo es muy importante”.
Al momento del anuncio, el presidente Chávez alegó que estuvo
motivado por las denuncias sobre retrasos en los horarios y sobreventa
de boletos. Conferry era la principal proveedora del servicio de
transporte marítimo de pasajeros entre Puerto La Cruz y la Isla de
Margarita.
El 27 de septiembre saldría publicado en la Gaceta Oficial N° 39.766
el Decreto N° 8.486 de la expropiación de Consolidada de Ferrys C.A.,
conforme al artículo 1 de ese decreto:
“Artículo 1º. Se afectan todos los bienes
tangibles e intangibles, muebles e inmuebles, y bienhechurías,
presuntamente propiedad de la sociedad mercantil CONSOLIDADA DE FERRYS
C.A. (CONFERRYS), destinados a la prestación del servicio de transporte
marítimo de bienes y personas, desde tierra firme hasta el estado Nueva
Esparta, que sean necesarios para la ejecución de la obra
“REIVINDICACIÓN DEL DERECHO DEL PUEBLO VENEZOLANO A UN ACCESO OPORTUNO,
EFICIENTE Y DIGNO AL TRANSPORTE MARÍTIMO DESDE Y HACIA LA ISLA DE
MARGARITA”, y en consecuencia, se ordena la adquisición forzosa de los
mismos (…)”.
El artículo 2 señalaba en qué consistía esa obra para la cual se dictaba la expropiación:
“Artículo 2°. La obra “REIVINDICACIÓN DEL
DERECHO DEL PUEBLO VENEZOLANO A UN ACCESO OPORTUNO, EFICIENTE Y DIGNO
AL TRANSPORTE MARÍTIMO DESDE Y HACIA LA ISLA DE MARGARITA”, consistirá
en la puesta en operatividad y prestación de los servicios de transporte
marítimo de bienes y personas, desde tierra firme hasta el estado Nueva
Esparta, explotados actualmente por la sociedad mercantil CONSOLIDADA
DE FERRYS C.A. (CONFERRYS), así como todos sus servicios o actividades
relacionadas. Dicha obra tendrá un uso y aprovechamiento social, y será
ejecutada por la República Bolivariana de Venezuela, por órgano del
Ministerio del Poder Popular para Transporte y Comunicaciones”.
¿Se cumplieron los objetivos de la expropiación?
Han pasado 7 años desde entonces y la situación actual de Conferry llevó al alcalde de Coche, Freddy Serrano, a denunciar la crisis de la empresa hace dos meses.
Vale decir, esta crisis no es reciente. Poco más de un año después de la expropiación, para finales de 2012,
se reportaba que de los cinco buques de pasajeros solamente dos
funcionaban. Además, desde la expropiación se reportaron –de manera
recurrente– largas colas para la compra de boletos e incremento en los pasajes, aún cuando no se registraron mejoras en el servicio.
Si asumimos que el objetivo de la expropiación era el previsto en el
Decreto N° 8.486, entonces la medida falló, pues no se reivindicó “el
derecho del pueblo venezolano a un acceso oportuno, eficiente y digno al
transporte marítimo desde y hacia la Isla de Margarita”.
Pero, si el objeto era el control sobre la propiedad de los activos y
del servicio ofrecido por Conferry, entonces la medida fue efectiva.
Recordemos que el modelo económico conocido como “Socialismo del siglo
XXI” parte, entre otras, de una premisa fundamental: la primacía de la
propiedad estatal sobre la propiedad privada. Para lograr ese objetivo
se ha acudido, entre otras figuras, a la de la expropiación en
reiteradas oportunidades –siempre con pésimos resultados–. Y, al día de hoy, el “Estado empresario” venezolano, causado en parte por esa política expropiatoria, ha crecido de forma significativa, en desmedro de la propiedad privada.
¿Por qué es importante hacer seguimiento a los casos de expropiación?
La gestión pública en materia económica comprende, fundamentalmente:
1. La regulación económica de la actividad privada.
2. La participación del Estado en la actividad económica.
La primera es propia de toda Administración Pública contemporánea y
resulta en ocasiones necesaria para responder a fallas del mercado. La
segunda es de carácter instrumental para el cumplimiento de objetivos
propios del Estado. Si bien ambas son comunes a toda administración del
mundo contemporáneo, se convierten en un problema de gestión pública
cuando los objetivos que las encaminan no responden a los intereses que
debería atender al Estado y al respeto de los derechos de los
ciudadanos.
En el caso venezolano y, específicamente, bajo el modelo económico
del “Socialismo del Siglo XXI”, la gestión pública en materia económica
ha sido utilizada para la promoción de un modelo basado en la
planificación centralizada y el impulso de la propiedad estatal o cuasi
estatal, a costa de la libertad económica y de la propiedad privada.
La crisis de Conferry no sólo se traduce en dificultades para los
usuarios de la empresa, sino que es un claro reflejo del mal manejo de
los recursos públicos y del eventual destino de las empresas que sean
manejadas por la actual Administración Pública.
Para recuperar a Conferry y demás empresas expropiadas, el Gobierno
Central debería enfilar sus esfuerzos hacia políticas que promuevan la
productividad y la inversión privada. La posibilidad de revertir la
situación de las empresas expropiadas implica, al menos, estudiar su
situación particular, caso por caso, para determinar cuál es el mejor
rumbo: subsidios temporales, renovación gerencial, alianzas
público-privadas, transformación en empresas mixtas o, incluso,
privatización o liquidación.
Casos como el de Conferry también nos recuerdan que para salir de la actual crisis económica no es suficiente quitarle ceros a la moneda o hacer anuncios confusos de reformas cambiarias. Es necesario ejecutar ajustes estructurales a un modelo económico que ha fracasado de manera tan evidente que el propio Nicolás Maduro no pudo sino afirmar recientemente: “Hemos fallado”.
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