miércoles, 1 de agosto de 2018

Mea culpa’ de Maduro por fracaso de modelo productivo venezolano

Entre el colapso de los servicios públicos que el Estado venezolano maneja desde hace 20 años y una hiperinflación que se niega a aceptar, el presidente Nicolás Maduro hizo lo impensable: reconoció el fracaso de su gestión económica. Una novedad mayúscula dentro del guión revolucionario, dadivoso en repartir culpas y evasor sin ambages de su responsabilidad.
“Los modelos productivos que hemos intentado hasta ahora han fracasado, y la responsabilidad es mía, es nuestra. No podemos echarle la culpa a la Santísima Trinidad”, dijo el mandatario en el pleno del IV Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), donde salieron a relucir no pocas fisuras y descontento sobre lo que ha sido la gestión del mandatario desde su primer gobierno, asumido en el 2013.
Claro que el mandatario todavía apunta a Washington a la hora de explicar parte del colapso: “Basta ya de lloriqueos frente al imperialismo, nos toca a nosotros producir con bloqueo o sin bloqueo”.

Quizá fue un apagón que ocurrió en pleno congreso partidista –el lunes en la noche– el catalizador de sus palabras, interpretado por los venezolanos como símbolo de la oscuridad que rodea al régimen. El corte de luz ocurrió justo cuando Diosdado Cabello, presidente de la Constituyente y vicepresidente del Psuv, anunciaba la reelección del mandatario como presidente del partido.

Una ratificación de poder que le permitió asegurar –a pesar del mea culpa– que en dos años logrará la prosperidad económica para el país, de la mano de las decisiones tomadas en los últimos días, como la eliminación de cinco ceros a la moneda, la entrada en vigencia del nuevo cono monetario este 20 de agosto y el “anclaje” del “bolívar soberano” al Petro.

Esto último, una frase que todavía ningún economista logra entender a cabalidad, tomando en cuenta que no se sabe el valor de la famosa criptomoneda ni se tienen noticias de su éxito en ese mercado.

“Calculo unos dos años para lograr un alto nivel de estabilidad y (que) podamos ver los primeros síntomas de la prosperidad nueva, económica, sin abandonar un segundo la protección y seguridad social”, sostuvo Maduro.
Los modelos productivos que hemos intentado hasta ahora han fracasado, y la responsabilidad es mía, es nuestra. No podemos echarle la culpa a la Santísima Trinidad
También se estima que el presidente Maduro accedió a una autocrítica en público luego de que el congreso del partido oficialista se reveló como un abanico de descontentos, expresados con mayor o menor contundencia aunque en medio de un discurso que deja clara la intención del chavismo de no abandonar el poder político.

Uno de los reconocimientos más inesperados sobre la pésima gestión revolucionaria frente al gobierno fue el que hizo el exalcalde de municipio Libertador y actual coordinador nacional de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), Freddy Bernal, quien advirtió que la ineficiencia les ha hecho perder la gobernabilidad del país.

“Hemos perdido incluso hasta gobernabilidad. Hay que decirlo. Y somos responsables de ello. No es responsable la cuarta república. No es responsable Carlos Andrés Pérez (expresidente de 1974-199 y 1989-1993). Somos responsables nosotros porque tenemos 19 años en revolución y ya somos responsables de lo bueno y de lo malo en este país”.

Otras voces de peso dentro del partido, como el ministro Elías Jaua y el propio Bernal, reconocieron con algunos matices el éxodo de venezolanos en busca de mejores condiciones de vida –Jaua se refirió específicamente a la fuga de maestros y profesores– y la necesidad de sincerar los subsidios, como el precio de la gasolina, un tema que todavía muchos consideran tabú a pesar de su irrisorio precio de seis bolívares por litro (0,000001875 dólares).
Hemos perdido incluso hasta gobernabilidad. Hay que decirlo. Y somos responsables de ello. No es responsable la cuarta república
En esa necesidad planteada de “sincerar” el costo del combustible, el presidente Maduro adelantó la posibilidad de permitir el precio subsidiado solo a los portadores del ‘carnet de la patria’, ese mecanismo instaurado desde el año pasado y cuyos signatarios son y serían los únicos beneficiados con los bonos que entrega el gobierno y las bondades de una renta que este reparte en plena exhibición del modelo socialista clientelar.

Pero a la autocrítica revolucionaria también se sobrepone la certeza de que el poder político les pertenece en todos los niveles. Fue así como el presidente Maduro y el presidente de la Constituyente, Cabello, aseguraron que esa instancia podría durar mucho más de los dos años para los que fue creada.
Maduro incluso asomó que pueda durar “hasta cinco años” ejerciendo el suprapoder que ha desempeñado el chavismo por encima de la Constitución.

El vicepresidente de Socialismo Territorial y ministro de las Comunas, Aristóbulo Istúriz, lo dejó más que claro: “Sin hegemonía podríamos perder la revolución”.
El debate sobre lo mal que va la revolución llega en momentos en que, este año, la inflación llegará a 1 millón por ciento, según el Fondo Monetario Internacional y cuando el PIB caerá 18 por ciento. El año pasado había caído 14 por ciento, y 16,5 en 2016.

Maduro cree que el inicio de la recuperación económica pasa por lograr la producción de 6 millones de barriles de petróleo diarios en el 2025 o antes. En el 2008, el país producía 3,2 millones y este año, el promedio es de 1,5 por falta de inversión en la industria.

Valentina Lares Martiz
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas

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