HACER HISTORIA
ELIAS PINO ITURRIETA
EL NACIONAL
Es cierto que el autoritarismo ha
determinado, en grandes tramos temporales, la política venezolana. Desde
la Independencia, la influencia de un solo hombre poderoso, o
relativamente poderoso, ha marcado la marcha de la sociedad. Sobran
evidencias sobre tal fenómeno, pero lo adecuado sería llamar la atención
sobre un enfrentamiento entre la arbitrariedad y la institucionalidad, a
través del cual se observa el desarrollo de dos tendencias que han
chocado cuando han tenido oportunidad sin llegar a un desenlace
definitivo. Se trata de una lucha librada en el tiempo que puede
encontrar la meta en nuestros días, cuando vivimos el trabajoso capítulo
de una evolución susceptible de acceder a resultados de trascendencia.
Cuando
hablamos de historia generalmente nos separamos de ella, como si fuese
en esencia obra de los antepasados, o como si ella se dirimiera de
preferencia en los campos de batalla, pero la hazaña de fabricar una
sociedad es una trama sin solución de continuidad en la cual se incluyen
los empeños y las esperanzas de una carrera como la que se experimenta
hoy en medio de grandes escollos y de la cual todos formamos parte sin
alternativa de dejación. Estamos envueltos en un acontecimiento de
carácter colectivo cuyos rasgos se relacionan con capítulos anteriores
de una búsqueda de libertad, o de un consentimiento de las opresiones
que ha tenido desarrollos fundamentales. La encrucijada frente a la cual
estamos nos pone en la posibilidad de vincularnos con victorias o
fracasos anteriores, de seguir tejiendo la madeja de un hilo cuyo origen
es antiguo y de cuya extensión somos responsables ahora como lo fuimos
en los siglos XIX y XX.
Pese a que parece disminuido, el
desarrollo del movimiento que se ha formado en los predios de la
oposición guarda relación estrecha con capítulos del pasado que no han
encontrado establecimiento sino de manera fugaz, pero de cuya
consolidación puede depender la culminación de un anhelo de
republicanismo que apenas se ha desarrollado a medias debido a la
presión de factores como el personalismo y el militarismo. En la última
década, el republicanismo ha cobrado un auge que se manifiesta en una
mayor presencia de los individuos convertidos en ciudadanos,
especialmente entre los sectores juveniles, alejados ahora de la
indiferencia de otras épocas frente al bien común. La prolongación de un
personalismo anacrónico, pero también el tamaño de los disparates que
ha promovido, han servido de alimento a un interés por los asuntos
públicos que parecía paralizado o que apenas a veces se asomaba con
reticencias, han puesto en marcha un motor que tenía tiempo sin
encenderse pero que puede hacer carreras de largo aliento. Los
animadores de ese motor son gentes sencillas de todos los ámbitos que
ocupan el centro de la escena tras el propósito de introducir reformas
sustanciales en las maneras de entender la vida y las formas de
administrarla, quienes ocupan el papel de protagonistas de una historia
tan histórica como la sucedida antes, en los llamados tiempos heroicos,
pero sin necesidad de proclamar la guerra ni de desenvainar la espada
como los chafarotes de antes.
Sin mesnadas de lanceros, se está
fraguando un nuevo proceso histórico contra las reliquias de un pasado
nefasto, contra los restos de una colectividad pasiva y parasitaria que
puede tener las horas contadas. De allí el surgimiento de un masivo
movimiento heterogéneo que solo a medias se preocupa por el magnetismo
de un líder, o por lo que pueda hacer él desde las alturas, porque
quienes lo integran están hartos del papel de borregos que no pocas
veces hicieron los antepasados y porque están dispuestos a participar en
un renacimiento que no puede ser obra de un solo individuo sino de
todos en general. En eso consiste la historia, desde el nexo con lo que
se ha hecho o se ha dejado de hacer hasta ahora, pero también desde la
imperiosa necesidad de cambiarla antes de que la permanencia de un
personalismo mediocre y autoritario la paralice o la estorbe todavía
más.
epinoiturrieta@el-nacional.com
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