domingo, 7 de febrero de 2010

Oposición puede alcanzar hasta 90 curules de la próxima AN

Las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre marcarán el futuro del proyecto político de Hugo Chávez, de ahí la importancia que oposición y chavismo conceden a este proceso electoral. Utilizando como referencia el resultado del referendo constitucional del 15 de febrero de 2009 se pueden vislumbrar, al menos, tres escenarios para la elección del nuevo Parlamento. Suponiendo que la votación de este proceso constitucional se repita el 26 de septiembre en todas las parroquias y que sólo se presenten dos bloques de candidatos, incluida la unidad absoluta de la Mesa de Unidad con los otros liderazgos políticos para los candidatos nominales y alianzas perfectas para las listas, el peor escenario para los adversarios del Ejecutivo Nacional -por ende el mejor para el chavismo- es que la oposición solo logre obtener 38 diputados, de éstos, 19 serían nominales y 19 tipo lista. Estos diputados son los que teóricamente están asegurados por la votación histórica de algunas zonas como -por citar un ejemplo- los dos diputados que deben escoger en la circunscripción conformado por El Hatillo, Baruta, Chacao y la parroquia Leoncio Martínez del municipio Sucre. En este ejercicio de simulación de resultados no se toman en consideración variables como el desgaste político de los bloques en disputa; no obstante, los técnicos electorales de la Mesa de Unidad coinciden en identificar, al menos, 23 circunscripciones en donde sería probable el triunfo de la oposición. En estas zonas el chavismo ganó el 15 de febrero por márgenes que oscilan entre 1 y 5 puntos porcentuales, lo que hace suponer que candidatos de unidad, con una agenda alternativa que conecte con los indecisos y el chavismo light podrían revertir esta tendencia (ver infografía anexa). Los estados que cuentan con circunscripciones de estas características son: Anzoátegui, Aragua, Falcón, Mérida, Nueva Esparta, Táchira, Yaracuy, Zulia y el Distrito Capital. Si la oposición logra concretar el triunfo en estas 23 circunscripciones, la proyección de resultados le otorgaría 63 diputados -39% de la nueva Asamblea Nacional- cantidad suficiente para romper la mayoría calificada en el Parlamento; indispensable para aprobar leyes de carácter orgánico. En el tercer escenario se consideran sólo las circunscripciones "alcanzables", caracterizadas por zonas en donde el chavismo triunfó el 15 de febrero por márgenes que oscilan entre 6 y 10 puntos porcentuales. En este caso son 25 circunscripciones en que la oposición deberá revertir la tendencia de votación. Si se suman los diputados seguros, a los probables y alcanzables -incluidas cuatro listas adicionales- los adversarios del chavismo podrían obtener hasta 90 curules, lo que equivale a 54,5% del total de diputados. Esta cantidad de diputados es suficiente para elegir a los nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia o para aprobar leyes que no tengan carácter orgánico.

Estudiantes marcharon por la reconciliación en Maracay


A pesar de las trabas impuestas por la Alcaldía de Girardot para la aprobación de la ruta, estudiantes universitarios del estado Aragua marcharon ayer por la reconciliación de los venezolanos y el cese a los enfrentamientos. Inicialmente, los jóvenes tenían previsto concentrarse en el Obelisco de San Jacinto y recorrer un tramo de la Av. Bolívar hasta llegar a la catedral de Maracay, sin embargo, el viernes en horas de la noche representantes de la Dirección General del ayuntamiento les notificarn que debían cambiar la ruta, pues insistían en que el trayecto que presentaban incluía zonas de seguridad.

Aunque esta decisión fue tomada a última hora, los estudiantes no se amilanaron y acordaron partir desde la avenida Constitución, dejando como punto de llegada el mismo que fue propuesto en un principio: la catedral de Maracay, ubicada en el casco central de la Ciudad Jardín.

Durante el recorrido, los manifestantes señalaron que "la idea de la marcha es la reconciliación y eso es lo que queremos; aunque no nos haya dejado caminar por algunas calles de nuestra ciudad queremos que esas mismas condiciones sean aplicadas a todos por igual", exhortaron. La manifestación fue seguida por un numeroso grupo de funcionarios policiales, quienes, inclusive por vía aérea, monitorearon la marcha, cosa poco común en la entidad. Rolmán Rojas, presidente de la FCU de la Universidad de Carabobo (UC), refirió que "la reconciliación que queremos es precisamente esa, que los funcionarios policiales nos acompañen sin reprimirnos. Esta es una marcha pacífica". Destacó que como venezolanos "queremos un país plural, libre, participativo y democrático, donde nuestra voz sea escuchada sin que traten de silenciarnos", expresó. La marcha fue apoyada por gremios, personal administrativo y autoridades de las distintas universidades de la entidad y otros miembros de la sociedad civil. Rojas aprovechó para destacar que se mantendrán en las calles en la búsqueda de puntos de encuentro con sectores de la sociedad y el diálogo será el protagonista. La actividad culminó con la llegada de los estudiantes, a las 12 del mediodía, a la iglesia de la ciudad donde elevaron una plegaria por la unión de todos los venezolanos.

Ledezma insta al pueblo a exigir expulsión de Valdés

El partido Alianza Bravo Pueblo (ABP) realizó ayer su tercera asamblea nacional y en este marco ratificó su compromiso de construir la unidad de la oposición para ganar la mayoría parlamentaria en septiembre, así como planteó la necesidad de que los partidos integrantes de la Mesa de la Unidad retomen sus perfiles y carguen la lucha política con ideología. El alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, juramentó a las autoridades encabezadas por el secretario general Edwin Luzardo, entre las que se cuenta el encarcelado prefecto Richard Blanco. Luzardo dijo que a ABP le han "dado muy duro" y recordó, además de Blanco, a Oscar Pérez y Rodolfo "Popo" Barráez, miembros del partido asilados en Perú.

Nos invade gobierno extranjero

En su discurso de 45 minutos, Ledezma se preguntó qué estarán pensando los miembros de la Fuerza Armada venezolana ante la crisis nacional y les enrostró que "a Venezuela la están invadiendo desde Cuba". "Señores de la FAN nuestro país está siendo invadido por un gobierno extranjero. Exijo que se haga respetar la soberanía, pido al pueblo de Venezuela exija la expulsión de Ramiro Valdés". El emplazamiento de Ledezma fue recibido con aplausos de pie y gritos por los casi 500 militantes e invitados de ABP que se reunieron ayer en el Colegio de Ingenieros. Estuvieron también dirigentes de casi todos los partidos de la Mesa de la Unidad, así como Pompeyo Márquez, a quien Ledezma se refirió como la representación de la resistencia venezolana ante el autoritarismo por el papel que libró ante la dictadura de Pérez Jiménez. "Si ellos tienen a su Ramiro Valdés nosotros tenemos a nuestro Pompeyo Márquez". Sin incurrir en una postulación extemporánea para cumplir los acuerdos, Ledezma pidió solidaridad para los presos políticos en las listas unitarias. Propuso, para responder al desprecio de Hugo Chávez por los estudiantes "manitas blancas", que se haga un gran acto de toda la familia venezolana para demostrarle al Gobierno que los estudiantes no están solos y que perdió la mayoría.

NOCHE DE CRISTALES ROTOS

Mérida parece volver a la calma, al menos sus calles. Vecinos de las zonas más afectadas creen, sin embargo, que hay cosas que el 25 de enero pasaron inadvertidas: no recuerdan otro tumulto que haya tocado la puerta de sus hogares; tampoco grupos armados que les prometieran la muerte. Los disturbios de ahora y antes nunca habían violado los muros de conjuntos residenciales. Esta vez fue diferente.


Dos jóvenes estudiantes murieron entre las revueltas que hace dos semanas transmutaron la ciudad. Ese fue el parte policial; lo que las autoridades no añadieron es que las manifestaciones de esa noche saltaron los límites de la propiedad privada. Un contingente identificado por los vecinos como tupamaros llegó en autobuses, causó destrozos y generó pánico en las residencias Las Marías, bastión de las protestas y cacerolazos contra el Gobierno. "Cuando los carros empezaron a explotar y se extendieron las llamaradas, nos atrevimos a salir a pesar del terror que todos teníamos (&) Entonces uno de los hombres dijo: 'Orden de retirada, camaradas'". Ese es el testimonio que repiten varios de los vecinos que presenciaron la invasión al conjunto residencial Las Marías. También lo que dice el informe que entregaron el miércoles a la diputada Iris Varela, tras una visita que hizo en nombre de la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional.

María Isabel Moros tiene la película en su mente. "Quemaban carros y disparaban balas a los edificios", denuncia. "Después de que llegaron dos personas en motos de la Policía de Mérida, se escuchó una voz de mando y, como militares, salieron corriendo en orden hasta montarse en dos autobuses que estaban afuera". Lo que empezó como otro de los disturbios que a diario habían estado trancando la avenida Las Américas, llegó a la planta baja de su edificio. Estaba preparando la cena en su apartamento acompañada de su hija de 15 meses, un hermano de 9 años y una abuela de 75, cuando de repente se vio presa en un campo de batalla. "Aunque vivo en el piso 5, había tanta humo que pensaba que tenía el fuego debajo de mi apartamento", afirma. "Derribaron una reja, tumbaron el muro a pico y palo, quemaron la garita de vigilancia, forzaron las bombonas de gas y gritaban: 'Nos mataron a un camarada... Malditos escuálidos, los vamos a quemar vivos'".

La chispa de la dinamita

Fue una noche de cristales rotos. Los apagones de hasta ocho horas y la salida de RCTV Internacional hace tiempo que había exacerbado los ánimos, pero las revueltas de ese día provocaron una baja entre los grupos armados: una bala atravesó el cuerpo del joven de 15 años, Yorsiño Carrillo Torres, en condiciones que no han sido aclaradas. Ese fue el detonante. Las versiones, no obstante, se contradicen de acuerdo con el crisol político: muchos de los vecinos coinciden en que los tupamaros y otros de los grupos que viven en las residencias estudiantiles de la Universidad de Los Andes atacaron a los edificios de Las Marías, para ir contra los universitarios de oposición que viven en ese lugar. Pero del otro lado de la moneda, la diputada Iris Varela supone que la bala que mató al joven salió precisamente de alguno de esos apartamentos. "El Gobierno no necesita de grupos armados para que lo estén defendiendo", concluye.

Sea lo que sea, en esta historia queda claro que los vecinos de Las Marías fueron sorprendidos por un grupo de encapuchados, que atentó contra sus edificios. "Todavía estamos asustados", comenta desde Mérida Francis Ramírez al otro lado del teléfono. Quiere que Caracas y el resto del país se termine de enterar de lo que esa noche ocurrió en su inmueble: "Nos mandaron a desalojar; decían que el edificio iba a estallar. Tengo dos niñas de 4 y 7 años y la mayor no quiere estar ni dormir sola". La conserje Socorro García también tragó grueso. Por lo pronto, quedó sola y con la ropa que cargaba puesta. Traumatizados, mudó a sus cuatro hijos a casa de un familiar para que tomen distancia de todo lo que pasó. No quiere otra bomba lacrimógena con ellos dentro del apartamento; tampoco que sus cortinas prendan fuego otra vez. "Me quemaron la cama, el televisor, el equipo y una peinadora, y dos encapuchados de negro dijeron que si salíamos nos quemaban", recuerda.

¿Quién disparó?

No es lo mismo contarlo que vivirlo. Como muchos otros de sus vecinos, Francis Ramírez se pregunta por qué la policía no hizo nada. Lo dice después de advertir que también es testigo de un repliegue organizado, en el que los encapuchados embarcaron dos autobuses tras una orden de retirada.

Se cansaron de llamar a la policía y nada. "Decían que ya iban pero no llegaron", denuncia Luz Varela, otra de las afectadas. Solo los bomberos acudieron y al final, cuando todo había terminado. Es una situación que destaca el informe que en Las Marías entregaron personalmente a la diputada Iris Varela: "Ya cuando se hacía tarde-noche, un joven que formaba parte de esos grupos armados cayó herido. Sus compañeros lo llevaron al hospital (...) Ni aún después de este hecho, se presentó autoridad alguna. Al contrario, los pocos policías que había se retiraron hacia el Centro Comercial 'Mamayeya'". "¿Quién disparo?", pregunta la vecina Luz Varela. "¿Uno de ellos mismos? ¿Acaso fue una de sus balas perdidas? ¿Algún estudiante armado? ¿Algún vecino irresponsable? No se hizo investigación alguna, por lo menos no en el día que ocurrieron los hechos".

Ella y otros residentes de Las Marías temen que las pruebas sean alteradas o guardadas. El informe que entregaron a la Asamblea Nacional rechaza la versión del gobernador de la entidad, Marcos Díaz Orellana, en la que asegura que la bala que mató al joven salió de alguno de sus apartamentos: "Nuestra comunidad considera que esta declaración fue apresurada, irresponsable y sin fundamento válido y fehaciente, pues no se produjo experticia ni se practicó ninguna planimetría por peritos calificados". Los resultados de la autopsia del joven que murió no se conocen, la diputada representante del oficialismo, Iris Varela, dice que está reservada para la investigación policial. Adelanta, sin embargo, que "la planimetría de la bala está lista y señala que el disparo entró en forma descendente". Todo indica que las autoridades concluirán que alguno de los vecinos disparó a los grupos armados, que se identificaban con el Gobierno. De hecho, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas fueron el jueves a las juntas de condominio, para preguntar dónde viven los activistas de oposición que hacen vida en el Movimiento 13 de la Universidad de Los Andes.

"Salgan, cobardes"

¿Qué fue lo que poseyó a Mérida hace dos semanas? Si bien la batalla de Las Marías tuvo eco en la prensa regional y nacional, toda la ciudad fue un caos. En Los Curos, una de las urbanizaciones más populares, hubo enfrentamientos con la policía. Al otro lado, en el conjunto residencial La Floresta despertaron después de la 1:00 de la madrugada con un ataque sorpresa de la misma policía.

Irene Gruber recuerda que entraron en motos y a pie lanzando piedras y bombas lacrimógenas. "Retaban a la gente gritando: 'Salgan, cobardes'", lamenta. "Un señor les gritó que estaban violando la propiedad privada y en respuesta dispararon a su ventana; tengo un hijo con discapacidad y estaba aterrado". Lo que más le duele, sin embargo, es que vecinos de un bando político acusaran a los del otro con los policías.

"Todo esto es producto de una lectura equivocada del Gobierno sobre los diversos sectores de oposición y sobre el movimiento estudiantil; han armado a grupos civiles para defenderse de gente que protesta con ollas o, los más osados, con piedras y caucho quemado", opina Luz Varela, una de las vecinas de Las Marías que al día siguiente encontraron su carro quemado. Aunque con el mismo apellido, la diputada Iris Varela se ha hecho otra idea de lo que pasó: está convencida de que los disturbios buscaban desestabilizar al Gobierno. Advierte que la autonomía universitaria y cualquier otra figura no puede ser una patente de corso para proteger a grupos que siembran terror y por eso, desde ya anuncia que interpelará en la Asamblea Nacional al rector de la Universidad de Los Andes, Mario Bonucci, al alcalde de la ciudad, Lexter Rodríguez, y al arzobispo de Mérida, Baltasar Porras.

El núcleo del problema

El rector de la ULA responde que irá a cualquier interpelación que lo convoque. Cree más bien que hay que denunciar que el tropel de personas que secuestró a Las Marías y otros complejos habitacionales estaba integrado precisamente por miembros de los Tupamaros y otros grupos que viven en la Residencia Domingo Salazar de la ULA.

Aunque no todos los huéspedes de las residencias estudiantiles forman parte de grupos violentos, destaca que unos pocos secuestraron el lugar. Una resolución del consejo universitario por eso decretó el 5 de marzo de 2007 sacar el inmueble de los límites del campus universitario; desde entonces las autoridades policiales son responsables de ese lugar. Se trata de un viejo dolor de cabeza en el que Bonucci resume buena parte de la inseguridad que Mérida ha vivido en esta y otras noches de zozobra. Y no se trata de ideas o corazonadas, destaca que el propio gobernador de Mérida reconoció esa situación en enero del año pasado, en su primera visita al Consejo Universitario de la ULA. "Me preocupaba mucho el hecho de notar allí (en las residencias Domingo Salazar) una inmensa cantidad de armamento (&) y no estoy ocultando nada de lo que yo pueda más adelante arrepentirme", reconoció el gobernador en esa oportunidad. "Ni en mi experiencia de 17 años como oficial vi armas como las que yo pude observar allí (&) Tenemos que tomar las acciones correspondientes desde el punto de vista de autoridad, para evitar que esas armas puedan ser puestas al servicio de intereses mezquinos, que dejen un saldo negativo para el estado, para la ciudad, para la universidad".


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