DECLARACIÓN DEL GRUPO LA COLINA A.C. ANTE LA LLEGADA DEL ESBIRRO CUBANO, Ramiro Valdés.
Cuba no tiene nada que enseñar a Venezuela en materia de electricidad. El sistema eléctrico cubano es aproximadamente la décima parte del venezolano en términos de capacidad instalada, de generación de energía y su nivel de complejidad tecnológica es muchísimo menor al venezolano. Cuba tiene un sistema eléctrico basado en plantas térmicas, en su mayoría muy antiguas e ineficientes. Venezuela por el contrario tiene un sistema de generación mixto y una extensa red de transmisión de alta tensión, con centros de consumo distribuidos en una amplia superficie. Miente el presidente Chávez cuando dice que, debido a que Cuba tuvo problemas eléctricos muy graves en otras épocas, ese país está en capacidad de asesorar, apoyar o dirigir la solución de la actual crisis venezolana. La crisis cubana de electricidad no tiene nada que ver con la actual crisis eléctrica de Venezuela. El pueblo de Cuba ha sido sometido durante todos estos 50 años de dictadura comunista a un sistema de racionamiento PERMANENTE de todos los bienes y servicios necesarios para la vida de la sociedad cubana, incluyendo la electricidad. Los cubanos no tienen acceso, excepto los más cercanos a la burocracia en el poder, a equipos eléctricos y electrónicos domésticos como los que son comunes en Venezuela, ni tiene Cuba una industria manufacturera, petrolera, de aluminio o de servicios como la que existe en nuestro país. Cuba, bajo el régimen castrista, lamentablemente, es un país especialista en apagar luces, no en encenderlas.
Esta misión cubana de última hora, revela también el grado de desesperación del régimen que encabeza el presidente Chávez frente a una crisis que no puede resolverse a realazo, sino con un cambio completo de la lógica que guía al presidente y sus ministros: el sectarismo, el centralismo, la exclusión del sector privado, la desprofesionalización de las empresas, la lealtad en lugar de la capacidad y experiencia y el mito del socialismo. La llegada de Ramiro Valdés al frente de esta misión cubana es una demostración de la postración y obsecuencia del presidente Chávez ante Fidel Castro. Lo que si es seguro, es que cualquiera sean los resultados del veterano represor Ramiro Valdés, y de su séquito, la crisis eléctrica causada por la negligencia e incapacidad del gobierno de Chávez va a traer una baja en la producción industrial y de los servicios, aumento del desempleo, caída de la disponibilidad de bienes y servicios y a una significativa baja en la calidad de vida de todos los venezolanos.
La llegada de Ramiro Valdés a Venezuela es un atentado inaceptable contra nuestra soberanía y dignidad.
Grupo
Caracas, 3 de febrero de 2010
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